jueves, mayo 31, 2012

Venganza Paternal

Por: Miguel Ángel Ríos Bravo



La siguiente historia le ocurrió a uno de mis primo, una noche de halloween.

En su casa vive, su madre, su medio hermano, su padrastro y él, su padre biológico había fallecido en condiciones desconocidas para mi amigo, o más bien su mamá nunca le aclaró las causas de su muerte.

Una noche del 1 de noviembre del 2008 su familia y algunos amigos habían decidido reunirse para jugar la conocida y temida por muchos “Ouija”. Todos aceptaron, pues su familia y amigos en general eran incrédulos, menos los que vivían en su casa.

 Se había decidido que se celebrara en su casa, ya que era un poco tenebrosa aunque nunca había sucedido algo sobrenatural.

Lo prepararon todo minuciosamente, hasta el último de los detalles, ocuparon sus puestos y comenzaron la invocación. Increíblemente algún ente les respondió inmediatamente su llamada, hacían  preguntas básicas y se estaban divirtiendo porque creía que alguno de ellos llevaba el mando. Pero de repente una extraña sensación se apoderó del lugar, se escuchaban gritos en el segundo piso, un frío penetró de golpe las almas de todos los presentes y una ráfaga de viento abrió bruscamente las ventanas, todos quedaron helados de miedo. ¿Qué estaba pasando?, al fin reaccionaron y algunos empezaron a gritar, otros reaccionaron riéndose, como si quisieran creer que todo era una broma. Pero no, como les había mencionado en la casa de él nunca habían pasado cosas así.

Pasados unos segundos, el silencio volvió y los ánimos se iban calmando, pero de pronto uno de sus amigos rompió el silencio, estaba pronunciando palabras que ninguno deellos podía entender, parecía que hablaba en latín. Algunos empezaron a reír y otros no lo soportaban más, querían que se callase, pero él no paraba, los ánimos se calentaron de nuevo y una amiga empezó a golpear brutalmente con otra persona.
Como si el ser obscuro los incitaba a hacerse daño unos contra otros.
El panorama era abrumador, unos reían como endemoniados otros gritaban, se peleaban y varios cayeron desmallados, era horroroso e insoportable.




Por fin llegó un momento de calma, pero no duro mucho, una nueva oleada de cólera descontrolada invadió a los allí presentes, los gritos aumentaron, ya no se podía más, era horrible, la sangre salpicaba las paredes, el testigo de la ouija se movía solo, pero de forma controlada, y él pudo leer...

- ¡¡Fue un gran error!!…




A pesar de todo lo que estaba ocurriendo en aquella sala, él intentaba mantenerse tranquilo y razonable, pero no aguantó mucho, el tablero empezó a temblar bruscamente y de él salió un resplandor, allí pudo ver a su padre, él estaba provocando todo esto, ahora sabía lo que estaba ocurriendo, habían abierto la puerta, su padre buscaba… venganza…pero… ¿Por qué?



Inmediatamente mi primo suió las escaleras de tres en tres, tenía que encontrar a su madre, pero al llegar al segundo piso la encontró muerta, y su medio hermano yacía muerto a su lado. ¿Por qué los mató?...

Poco después encontró el diario de su madre, allí encontró todas las respuestas…
… su madre lo había asesinado a su padre, junto con el papá de su medio hermano.





Su padre había cumplido su amenaza de que regresaría de alguna u otra forma…

Ahora entendía los gritos, eran ellos, de un día a otro parte de su familia y mis amigos habían desaparecido para siempre.
 Él nunca olvidará aquel halloween.

Al terminar de contarme esta historia me convenció de jugar a la ouija. Me parecía un poco extraña su mirada…



miércoles, mayo 30, 2012

Maltrato animal... una realidad cercana


¡El maltrato hacia los animales es una realidad! Y se encuentra más cerca delo que pensamos…

Imagina que vives con un hombre que te “patea” a diario, durante la mañana, tarde y también la noche, que es mucho más fuerte y más grande que tú y sólo te toma con las manos para azotarte contra la pared, una maceta o cualquier objeto al alcance con el que te pueda hacer daño, piensa que además del dolor y el terror que sufres cada día,  has perdido toda esperanza de recibir ayuda.

Esa es la realidad que viven 6 perros, cuyo supuesto dueño es un hombre cruel y vil, que no ha hecho más que torturarlos toda su vida.



¡Horrible lo que puede hacer una persona! Lo mostrado en el video es un realidad  muy cercana, no sucede al otro lado del mundo, ocurre en nuestro país, la dirección: Leandro Valle 14 interior 6, colonia Centro, en la Ciudad de México. 
 

El video fue grabado por uno de los vecinos de este hombre, con el objetivo de denunciarlo y hacer que este, nunca vuelva a tener animales a su cargo. No basta denunciar a un sólo hombre, es necesario ubicar y denunciar todo tipo de maltrato.

Solemos enojarnos y/o espantarnos cuando sabemos sobre personas que maltratan o matan animales de manera cruel,  como es el caso de las ballenas, las focas, tigres, gorilas, rinocerontes, elefantes y  muchos otros casos que les puedo mencionar, pero ¿qué hacemos realmente por solucionar las situaciones? ¿Acaso los problemas sólo se dan lejos de nuestros ojos? A veces basta con mirar al vecino de al lado y tener el valor para hacer algo.


Los siguientes son datos de algunos lugares y asociaciones a donde cualquiera de nosotros puede acudir para denunciar, recibir ayuda o incluso para ofrecer nuestros propios servicios para lograr un beneficio mayor.

1.  CAS (Centro de Atención del Secretario de Seguridad Pública del D.F.)
Teléfono. 52 08 98 98                                                                                     
Calle de Londres No.107 P.B. entre Niza y Hamburgo, Col. Juárez.
Puedes realizar denuncias y las autoridades acudirán al auxilio de los animales afectados

2. DENUNCIAS EN MEXICO: Asociación para canalizarlas denuncias
     Titular: M.V.Z. Felipe Ramírez Ruiz de Velasco
     Teléfonos: (55)5624 3306, (55)5624 3388 Fax
     Av. Revolución 1425, Nivel 20, Col. Tlacopac Deleg. Alvaro Obregón, México, D.F.
     Enviando un mail a estos correos les dirán la dirección donde denunciar según el lugar donde vivan... 
     Abogado proteccionista
     Dr. Lenin Díaz Ferreyra
     E-mail: lenin_df@hotmail.com

3. Gente por la defensa animal a.c. (GEPDA):   Asociación sin fines de lucro que brinda distintos servicios                                                                                    
     Http://www.gepda.org/
     E-mail: contacto@gepda.org 
     Puedes realizar denuncias, adoptar o ser voluntario

Actuemos, ayudemos a los animales a vivir bien, difundan el video, denuncien, si saben de alguna otra organización no duden en comentarnos, nosotros somos quienes pueden salvar a estas hermosas criaturas, ¡sean de la especie que sean!


Por: Rebeca Gómez

martes, mayo 29, 2012

Una visita escalofriante


Por: Phanie

Cierta noche de hace ya algunos años, me encontraba en una reunión familiar, aunque cabe destacar que también estaban presentes algunos  amigos  de mi hermano y míos.

Como es de esperarse, a la edad de 11 años no quieres escuchar pláticas de adultos o cuidar al niño más pequeño de la familia y entre el aburrimiento, ya como a eso de las 9 de la noche, surgió la idea de subir a la habitación a contarnos historias tenebrosas y de miedo, típico y emocionante a esa edad, pero… no sabíamos ni imaginábamos lo que nos esperaba…

Así lo hicimos, pedimos permiso mi hermano y yo para subir con nuestros amigos y primos al cuarto, decidimos apagar todas las luces y sentarnos en círculo sobre la cama, todos muy juntitos, ya con miedo sin haber empezado con las historias, pero tan solo el escenario ya provocaba esa sensación de vacío en el estómago.

Al principio nadie sabía qué contar, los hombres nos decían a las mujeres que mejor nos fuéramos porque íbamos a chillar, pero, nadie sabía o recordaba una historia temerosa, por lo tanto entre risas y el característico, ¡ya, que alguien cuente algo!,  de pronto, el silencio era abrumador, pues ni la música, ni las risas, ni las voces de la “reunión” se escuchaban, era extraño pero no era algo que nos preocupará.

Finalmente un amigo comenzó a contar su supuesta historia de terror, que lejos de darnos miedo, nos estaba dando risa, pero de nervios, no era que la historia fuera terrorífica, el sitio realmente nos estaba incomodando, todos comenzamos a sentir una vibra extraña, algo no estaba bien.

De repente… ya todos estábamos encimados y abrazados, pegados a la cabecera de la cama, y, observábamos por las rendijas de la puerta como la luz del exterior, que por cierto habíamos apagado, se apagaba y prendía una y otra vez, no sabíamos que pasaba afuera porque nos habíamos encerrado.

De pronto alguien dijo, seguro es alguien que nos quiere asustar, otros comenzaron a espantarse realmente y había quienes fingían no tener miedo pero la verdad es que estaban aterrados, como yo.

No nos separamos ni un momento, nadie se atrevía a levantarse de la cama, cuando sorpresivamente, la puerta se abrió lentamente, esperábamos ver a alguien pero… no había nadie ahí, muchos comenzamos a llorar y a gritar, pero parecía que nadie nos escuchaba, parecía que realmente estábamos solos.

La puerta se cerró, los más grandes trataban de calmar a los más chicos, y, como nos habían dicho, las niñas llorábamos y llorábamos, aunque no sólo las niñas eh, pero pues ya estábamos ahí, ya menos queríamos salirnos del cuarto, ni pensar en bajar un solo pie de la cama.

Parecía ya estar todo normal, veíamos todo a nuestro alrededor, pero sin luz en la habitación, la visibilidad era casi nula, repentinamente, un pijamero que mi mamá siempre tenía colgado en la pared, en forma de osa color rosa y con ojos verdes limón, comenzó a balancearse, nadie podía estarlo moviendo, no había ya para eso explicación, no entraba ninguna corriente de aire, nadie estaba cerca de él y no dejaba de moverse, al principio fue lento, después era muy rápido.

Ya nadie estaba bien, todos nos encontrábamos muy alterados y asustados, llorábamos, gritábamos y añorábamos ver a nuestros papás en la puerta de la habitación, pero no era así, nadie nos escuchaba, nadie subía a nuestro rescate.

Hasta que el más grande de los que estábamos propuso salir corriendo e ir hasta la planta baja, donde estaban aquellos adultos con los que no queríamos estar y eso hicimos, correr, todos al mismo tiempo que chocábamos unos con otros.

Al llegar con mis padres y tíos los notamos como si nada, normal, en su reunión, con sus platicas, al vernos llorando a todos y desesperados nos preguntaban qué pasaba y el más grande conto como pudo la escalofriante anécdota, los adultos se sorprendieron bastante y juraron que ellos no habían hecho nada, que sólo se había ido la luz por unos momentos, pero que ninguno había subido y que mucho menos había jugado con la luz o abierto la puerta y de la osa mejor ni hablamos, para eso no hay explicación alguna.

Al decirles que estuvimos gritando muy fuerte y preguntarles por qué no habían subido, sólo contestaron que en ningún momento escucharon un solo grito.

La osa por supuesto convencí a mama de tirarla a la basura, pues pasada la historia no me gustaba verla aun en mi casa. Para mí, esta anécdota será por siempre un gran misterio, pues hasta el punto de la puerta, pudo haber sido una broma, pero el movimiento de la osa… no lo creo.

Espero te haya gustado esta anécdota que marco mi vida.




Gracias y saludos.

lunes, mayo 28, 2012

Dos mundos completamente distintos


Por: Carlos Ruiz 

Desde que nací siempre viví en la misma casa, mis papás creían que mis gritos por las noches eran típicos de un niño miedoso. Durante muchos años no pasó un día en que no llamara a mi mamá o a mi papá para que durmieran conmigo y velaran por mis sueños. En ocasiones soñaba que “ personas vestidas de blanco” me iban a visitar,  al despertar tenía un miedo tremendo porque sentía que esos entes seguían conmigo. A la edad de 11 años me encontraba durmiendo y al despertar sentí que había alguien acostado a mi lado, por un momento creí que era mi mamá-  y le pregunte ¿Que haces aquí, si hoy no te llame? - pero solo escuche un quejido somnoliento, al voltearme para abrazarla, me di cuenta que no había nadie. Desde ese momento los sueños empezaron a tornarse reales.

Un día me encontraba solo en mi casa, cuando de la nada un frio aterrador invadió mi cuerpo, la luz de mi recámara comenzó a prenderse y apagarse continuamente, en ese momento trataba de aclarar mi mente y pensaba - Son fallas de luz- pero inmediatamente la llave del lavabo comenzó a girar, ocasionando la caída de agua. La adrenalina era tan fuerte en esos momentos que no sentí miedo, me dirigí a la regadera, abrí la puerta y solo alcance a ver que algo o alguien cerraba la llave, no se veía el ente, solo se veía el movimiento de la llave. Sucesos de esta índole se manifestaron por unos años, en ocasiones mi perrita le ladraba a algo, cuando estaba en mi computadora se reflejaba una “persona blanca”, pero no me hacía nada.
A la edad de 16 años, este tipo de reacciones empezaron a tornarse cada vez más fuertes, durante semanas tuve un sueño peculiar, en donde un grupo de personas me decían que alguien me estaba buscando,  pero en el momento que se abría la puerta para que entrara la persona sentía un miedo tan fuerte que despertaba sudando, por lo que decidí comentárselo a mi mamá y al platicarle mi sueño , la lámpara que se encontraba pegada en el techo se desplomó a un lado de nosotros. Al parecer a alguien no le gustaba que contara esas cosas. Durante ese día en la casa se me cayeron muchas cosas, me pegaba con todo y no me sentía tranquilo. No quería que llegara la noche , el miedo era intenso , pero a pesar de eso pude dormir.
A la mañana siguiente parecía que todo había terminado, la tranquilidad reinaba en mi hogar, pero la visita de una desconocida cambio el panorama. Ella se llamaba Lucía y había ido a la casa a platicar con mi mamá, era una nueva vecina, pero al momento de entrar empezó a ponerse pálida y a decir que algo extraño invadía la casa, por lo que decidió irse.
Durante un par de semanas parecía que todo había quedado en el olvido, no tenía sueños raros, no caían cosas sin razón alguna, no desaparecían las cosas y creí que todo había desaparecido, pero no fue así.

Una noche estaba a punto de conciliar el sueño, me encontraba en un punto en el que no sabía si estaba dormido o despierto, pero en un marco de fotografía se veía la imagen distorsionada de mi familia, pero de la nada una señora se apareció detrás de mi y lo único que logro decirme fue “ESCAPA AHORA”. En ese momento salí corriendo de mi habitación, la cual, sin razón aparente, empezó a incendiarse. Salí corriendo, fui por mis papás y toda la casa fue consumida en llamas, en el momento que abracé a mi mamá desperté y me di cuenta de que mi casa seguía intacta, pero era una advertencia, por lo cual decidí contárselo a mis papás y salimos de la casa. Tiempo después fuimos a visitar a nuestros vecinos quienes nos cuentan que parece que “seguimos en la casa”, en las noches se escuchan nuestras voces, nuestras risas, pero no hay nadie, al parecer algo de nosotros se quedó, incluso llegan a decir que me han visto mirar por mi ventana y a un lado de mi ven a una señora , pero aún no encuentro una respuesta a esto, personas siguen visitando la casa e incluso un medium dijo que se sienten muchas presencias, el bien y el mal en un solo lugar. Comentan que somos afortunados de haber salido a tiempo, pero la pregunta es ¿realmente salimos?. 

domingo, mayo 27, 2012

Adiós a la vida...


Desnuda, a oscuras, sin ninguna protección, ¿Dónde está la luz?… ¿Doy un paso?, no sé que hay a mi alrededor. Quizá un escalón, una pared, un hoyo o… nada.

Tengo frío, no entiendo que hago aquí, en medio de la nada, o ¿de todo?... ¿Gritar? De qué me servirá, no quisiera saber quien me pueda escuchar. ¿Llorar? No sé a quien le importarán mis lamentos… ¿Caminar? ¡No! Temor siento ante la incertidumbre de saber si alguien escuchará mis pasos…

Siento de pronto a alguien tocando mi hombro… ¿Quién es? No estoy segura, no sé realmente qué es lo que rosa mi piel. Un ligero viento por mi espalda… escalofríos, bastantes, recorriendo mi cuerpo. Pequeños cuchicheos, ¿Dónde? No logro ubicar su posición…

Un reflector se enciende a unos metros de mí, dándome de frente. Una luz blanca, tan blanca, que lastima mis ojos. Y sobre el, comienza a dibujarse un ojo muy grande, que cuando decide fijar su mirada, lo hace sobre mí. Una sonrisita y se acerca lentamente, haciéndose cada vez más grande… ¡¡Haa!! Tengo que correr en sentido contrario, alejándome de él.

¿Mi ropa? A paso veloz voy recogiendo un vestido, después, un suéter. Adelante unos zapatos.
Aparezco en una calle, sola, y... ¿Las personas? No hay ruido, todo pasa lento… el cielo parece tener una guerra entre el sol y las nubes grises, dando como resultado un tono amarillo. Camino, lentamente por la calle solitaria… una cuadra, dos, tres y… la risita otra vez… un payaso a mitad de la calle. Un personaje tétrico, con una máscara blanca, los ojos dibujados y labios rojos muy grandes dibujando una gran sonrisa, un pantalón de peto amarillento, debajo, una playera blanca con líneas rojas terminando en unos impecables guantes blancos. Grandes y muy llamativos encajes al final de sus ropas. Un detalle curioso, sus zapatos son negros, como de un hombre común. De pie, justo donde inicio mi caminata.
Al voltear a verlo, él sin dejar de sonreír, estira sus brazos, corro para que no llegue a mí, periódicamente volteo y, como stop-motion, va tras de mi. Entre más corro, más lentos son mis movimientos… unos metros más tarde, volteo y él al no querer alcanzarme, estira sus brazos que se van haciendo cada vez más largos hasta llegar a rodearme con ellos. Ante la impotencia de no poder gritar, cierro mis ojos fuertemente… su risa la escucho cada vez menos.

Una hacienda en ruinas, es el nuevo escenario, conocidos que me invitan a salir, yo digo que no, hay algo que me guía a la mal conservada construcción. Pasto en todos lados, una llovizna apenas notable, el cielo ahora completamente lleno de nubes queriendo exprimir su exceso de agua. Bajo los arcos de concreto, una banca, donde me espera un hombre bastante bien parecido, con cabello un tanto largo y una gabardina oscura. Al verlo, me paralizo, comienzo a llorar, a sentir una desesperación inmensa y sólo concibo hilar una pequeña oración: “Todavía no”. Él con apenas una sonrisa dibujada en el rostro me dice “Sí, es hora”. Con su poder sobrenatural me lleva hasta él, me toma de la mano y me lleva a la parte trasera de la aún solitaria estructura.
Atrás, un enorme patio, yo, al mirar mi cuerpo, luce en mi un vestido negro que cubre mis zapatos. Al ver al misterioso hombre, mi acompañante, tiene un sombrero negro que hace un juego perfecto con su vestimenta. Al hacer un delicado movimiento con su mano izquierda, llegan a la pista de baile un puñado de parejas, todas vestidas de negro,  a bailar una pieza bastante tranquila pero que, al mismo tiempo, te hace estremecer.

El elegante hombre me invita a bailar… uno, dos, tres pasos y comenzamos a flotar, cada vez más alto. Las demás parejas voltean a darme el adiós, saben que mi partida no tiene regreso. Doy vueltas y vueltas, él me hace sentir desesperación y miedo… me está llevando irremediablemente al otro mundo y no me ha dado oportunidad de despedirme de nadie…



Oscuridad, otra vez… ya no estoy entre los vivos, ahora formo parte de otro mundo, uno al que todavía no quiero pertenecer… ¿Dónde quedó mi familia, mis amigos, mis amores perdidos? ¿Saben de lo ocurrido? Una silueta femenina, se acerca a mi, su rostro, sustituido por una tela negra… su vestir no es uno común, me estremezco al verla, ¿Viene a juzgarme por mis actos en el otro mundo, el de los vivos? No me habla, sólo me rodea… ¡Habla! ¡Dime algo!... su serenidad termina con mis ilusiones de volver a casa… me señala un pasillo que se ilumina tenuemente… al caminar por ahí encuentro mis recuerdos, mis amigos, familiares, todos sin decirme nada pero viéndome fijamente… tristeza, bastante tristeza. ¡No quiero dejarlos! Entre más avanzo, el oxígeno se va terminando para  mí… mis recuerdos materiales también se hacen presentes… es el verdadero adiós… mi último amor es el que finalmente me lleva al final del pasillo, dónde está un barranco al cual debo dejarme caer…
“Adiós, hasta aquí puedo llegar”… suelta mi mano, me da un beso y… al dejarme caer… un tremendo brinco me hace incorporarme.

Transpirando hasta el cansancio, mi respiración totalmente alterada, mi corazón más vivo que nunca… a mi lado, mi hermana, durmiendo tranquilamente…



¡Gracias por darme otra oportunidad…!

Agradable compañero de lectura, espero que estas líneas sean de tu agrado... Un pedacito más de mi ser para ti... Feliz semana.

Por: Diana Martínez

sábado, mayo 26, 2012

Piedra, Papel o Tijera


Por: Victor Arriaga




¿Quien de ustedes no vivió diferentes aventuras divertidas  cuando eran niños? donde las reglas no existían y el tiempo era lo que sobraba o que decir cuando tenias que tomar una decisión con un simple pero magnifico “piedra, papel o tijera”, sin olvidar que lo más importante era reír y disfrutar el momento con personas que marcaron tu infancia   ¿Cómo recordar esos viejos e inigualables momentos de la vida? Seguramente tú al igual que yo tienes muchas anécdotas de tu infancia, es por eso que hoy yo te comparto algunas de ellas. 

Anteriormente cada fecha importante como Navidad, Año nuevo, 15 de Septiembre etc, acostumbrábamos ah  pasar esos días en familia en la casa de mi tía Mari; recuerdo que una navidad todos los primos de aproximadamente 7 años nos encontrábamos en el patio de la casa de mi tía, ella tenia una perra muy grande que siempre me dio mucho miedo, sin embargo, ese día nos dispusimos a simular una boda, donde mi primo Beto sería el marido y la perra Celci su pareja,  como les mencione, esa perra siempre me dio mucho miedo y ese día no fue la excepción, pues llego un momento donde fastidiamos tanto a Celci que respondió con agresión mordiendo a mi primo y rompiéndole el pantalón nuevo que su mamá le había comprado para estrenar en la noche de navidad, su mama salió corriendo a ver que es lo que había pasado, y al darse cuenta de que el pantalón estaba roto nos regaño tanto que a los tres minutos ya estábamos planeando una nueva travesura.

Nuestras travesuras nunca tenían limites, para nuestra corta edad no entendíamos los sentimientos que podían estar pasando nuestros padres al momento de que mi abuela falleció, faltando horas para que sepultaran a mi abuela, nosotros como niños que éramos,  lo que nos atraía era la diversión y ese día no fue la excepción,  recuerdo que nos dirigimos en bola a la tienda donde compramos muchos globos y posteriormente nos fuimos  a la casa de mi bisabuela donde los inflamos  con agua para posteriormente comenzar una guerra de globos de agua que terminaría con toda la razón del mundo con un regaño por parte de varias tías incluyendo a mi mamá. Pero ¿Cómo comprender a los 6 años la muerte de un ser tan querido? ¿Quién te lo explica? Si tus padres se encuentran en un estado donde ni ellos mismos saben lo que esta pasando, y nosotros como unos buenos niños buscamos distraernos y divertirnos quizá como forma de no querer empaparse con lo sucedido.


La niña que se creía Spider Girl
Mamá acostumbraba llevarnos cada treinta de abril al gran desfile del día del niño, que se celebraba por todo reforma lleno de carros alegóricos con personajes de la época, ese día mi prima Nancy quedo impactada con el carro alegórico que transportaba a Spider Man, pues esté se balanceaba de un lado a otro, simulando que estaba volando con su telaraña y por si fuera poco te aventaban una especie de spray en forma de tiras que de igual forma simulaba la telaraña; llegando a la farmacia nos sentamos a comer; de frente se encontraba un pastillero que tenia muchos cajones y entre las ocurrencias de mi prima  comenzó a escalar el pastillero pensando que estaba escalando un edifico, bueno no subió ni 5 escalones del pastillero cuando se le vino hacia abajo, en ese momento todos comenzamos a reír sin más no poder al grado de que mi primo Jovany se hizo del baño, haciendo la situación aun más divertida e inolvidable.

Estas tres historias son algunas de muchas historias que marcaron mi vida, como olvidar tantas cosas que disfrutamos y que se han quedado en solo recuerdos agradables, es por eso  que la mejor etapa de la vida es la niñez; que irónico  cuando éramos niños dábamos la vida entera por crecer y convertirnos en un doctor, un bombero, un abogado, un policía etc, sin embargo, hoy día al ver la complejidad del país, el adquirir mayores responsabilidades y al crecer como parte de la vida, quisiéramos regresar a esos tiempos donde todo lo resolvíamos con un “Piedra, papel o tijera”.



jueves, mayo 24, 2012

Los 10 metros de cable

Por: Miguel Angel Ríos Bravo 


El día de hoy me toca contarles una historia graciosa o por lo menos eso pretendo.
La siguiente anécdota le sucedió a uno de mis tíos:
Una tarde recorriendo el norte de la cuidad en su coche, específicamente en las calles de pastores y Echegaray, encontró algo que llamó mucho su atención. 10 metros de cable, que en realidad no sé para que los quería pero pues a la “gorra ni quién le corra”, total que se bajó de su auto y decidió “pedir prestado” ese “jugoso” motín, peeeeeero, no contaba que siguiera conectado a la luz, dándole una fuerte lección y una descarga eléctrica que lo dejó como calaca bailarina.



Resignado y con los pelos como el protagonista de Beakman´s World se va su casa pero en una calle se metió en sentido contrario y veía que los otros autos le tiraban el coche encima. El se empezó a hacer una historia y creía que por la descarga que le había dado el cable se había muerto y que por eso los coches no lo veían. Más adelante se encuentra a un amigo caminando, le toca el claxon y lo saluda, éste literalmente ni lo “pela”, esto hace que su historia de que si estaba muerto aumente.

Llega a su casa ya con el semblante amarillo y pellizcándose para ver si no estaba soñando, entra y ve a lo lejos a su esposa y le empieza a contar su divertida pero para él terrible anécdota. Cuando termina de contarle, ella no hace caso, casi como si no estuviera. Le grita, le hace señas y ni se inmutaba, hasta que decide acercarse a ella y se da cuenta que traía audífonos y por eso ella no le escuchaba.
Mi tío por fin al borde del desmayo, no dejó de reírse en todo el día, porque todo apuntaba a que si había perecido en su curioso accidentey todo por tan sólo 10 metros de inservible cable.
Ahora es una historia conocida por la familia, y que mi tío aprovecha contar cada vez que puede, soltando una que otra lágrima de la risa.

miércoles, mayo 23, 2012

El monstruo de la ventana


Por: Rebeca Gómez

Es increíble como a veces la gente tiene experiencias que parecen hechas para una película…

Teníamos 6 años, mis primas Miriam y Cristina comenzaron a relatarme una historia que no podía creer.
Resulta que una noche en que Miri y Cristi se fueron a dormir a su recámara, la cual está en un primer piso  y tiene una ventana muy grande que da hacia un balcón,  se quedaron platicando y jugando un rato en la cama porque no tenían sueño, acompañadas solamente por la luz de la luna.

Mientras tanto mis tíos se encontraban en la planta baja, platicando en la cocina donde el ruido de los juegos de las niñas era imperceptible, mi tía como buena mamá pensó que debían revisar que estuvieran dormidas y bien, ella es muy mandona y regañona por lo que obviamente mandó a su marido a echarles un ojito, quien a pesar de los pretextos no pudo librarse de la tarea encomendada por la señora de la casa. Así lo hizo… regresó y comentó a mi tía que todo estaba en orden, pero a los pocos segundos: mis primas comenzaron a gritar tan fuerte y con tanto terror que ambos padres subieron corriendo preocupados.

Al entrar a la recámara, mis tíos vieron a Miri y Cristi temblando de miedo y preguntaron alarmados: ¿qué sucede? ¿Por qué gritan así? ¿Qué les pasó? 

Ellas respondieron casi llorando: ¡Un monstruo mami, papi, un monstruo!

Como era de esperarse… los padres nunca les creen a los hijos cuando les dicen que ven a un monstruo, así que incrédulos mis tíos les dijeron que no era posible, que los monstruos no existen, a lo que ellas respondieron: 

¡Sí mami, sí papi, sí existen! “Un monstruo vino hace ratito y se asomó por la ventana”. 

Mi tía seguía incrédula; sin embargo, intentaba calmarlas, ellas insistían: mami un monstruo se asomó por la ventana, sólo nos escondimos bajo las cobijas, no hicimos ruido y cuando vimos que se había ido gritamos para que vinieran. Por otro lado mi tío… el solo estaba ahí parado, escuchando todo sin decir una sola palabra, como si analizara cuidadosamente la situación, hasta que rompió su  silencio para pronunciar estas palabras:

“Pero si el que se asomó por la ventana hace un ratito… ¡fui yo!”

Tanto mi tía como mis primas se quedaron calladas unos segundos, de pronto Miri y Cristi comenzaron a reír a carcajadas y mi tía gruñona primero comenzó a regañarlo para terminar riendo también.

¡No había un monstruo! Sino un padre que en lugar de entrar a la recámara a ver a sus hijas, sólo se asomó por la ventana, dejando ver a mis primas únicamente una sombra en la ventana…

Espero les haya gustado esta pequeña anécdota, yo moría de risa cuando me la contaron.