miércoles, febrero 29, 2012

¿Y tú eres sádico?

Entre Renglones es el espacio donde descubrirás que puedes tener algo en común con los autores y su universo, tal vez seas una enamorada empedernida, un sádico perverso, un psicópata bueno, un ateo gracias a Dios, un pobre afortunado… te encontrarás con diferentes facetas, posturas y gustos que aún no descubres.
No tengas miedo… y lee entre renglones.

Por: Rebeca Gómez
Zoofilia, necrofilia, pedofilia, sadismo, masoquismo… ¿qué son? ¡¿Desviaciones o simplemente gustos diferentes?!
Los términos anteriormente mencionados se refieren a una atracción apasionada hacia algo y comúnmente se han utilizado para indicar un gusto sexual por cierta situación, sensación, apariencia o elementos. En el caso del masoquismo es el gusto por ser humillado y por el sufrimiento físico que generalmente se complementa con el sadismo, que se refiere a la propia excitación producida al cometer actos de crueldad sobre otra persona.

EL primer sádico, El Marqués de Sade, de cuyo apellido se deriva el término sadismo, es reconocido y actualmente alabado por su manera de escribir explícita y totalmente descriptiva, y por hablar sin temor de perversiones y sexo. Su nombre era Donatien Alphonse François de Sade  (París2 de junio de 1740 –2 de diciembre de 1814) y no sólo escribía sobre  filias, las practicaba y exploraba con su cuerpo y el de otras personas.

Sade fue muy criticado y condenado por sus obras, las cuales fueron vedadas y muchas veces quemadas, y aunque su título noble le daba el dinero y poder suficientes para sobrevivir muchos años al desdén de la Iglesia, del Gobierno y de los nobles, no se libró de desfilar durante 27 años por distintas fortalezas y manicomios. Fue así que la última obra que lo condenó al encierro, Justina, lo llevó al manicomio de Charenton, donde pasó sus últimos años de vida.      


El Marqués con su ingenio puede hacer despertar los deseos del más santurrón, como lo hace con su obra La Filosofía en el Tocador, cuya historia se desarrolla alrededor de una joven que despierta a su sexualidad y desea experimentar los placeres del cuerpo, valiéndose de una amiga ya experimentada y de un hombre cuya prestigiada perversión incitan a nuestra ingenua e interesada jovencita la diversidad de placeres que el cuerpo puede ofrecer.

Tanto el sadismo como el masoquismo son elementos importantes de la literatura de Sade, ya que sus historias se desarrollan en torno a hombres y mujeres cuyos deseos y prácticas son la parte oculta de la sexualidad aprobada por la sociedad, para nuestro autor, el sexo no es una práctica romántica ni tierna, sino la expresión de nuestros más bajos instintos, el deseo de darle placer a la carne y la simple satisfacción propia sin importar la de los demás.



Esta obra también representa una crítica a la hipocresía de las clases altas y de la Iglesia, que a la opinión del Marqués son instituciones que desean prohibir y controlar al ser humano. Sade con este libro comparte con nosotros, como lo indica el título, los secretos y conocimientos de la filosofía del placer y del cuerpo que se pueden comunicar en cualquier lado, en una sala, una recámara o enfrente de un tocador. 
La Filosofía en el tocador es perfecto para quienes tienen curiosidad por despertar los sentidos y deseos más profundos. A pesar de tener casi 200 años de haber muerto, el autor y su libro te podrían llevar a descubrir que tú también eres un sádico o que tienes alguna perversión o fantasía. 

3 comentarios:

  1. Creo que lo más rico que me ha ocurrido después de leer a Sade es sentir que lo que hago o digo con respecto a mi sexualidad es totalmente permisible y "normal"...

    Es tan cierto que las altas esferas de la sociedad y la Iglesia estan llenas de hipocresia y control... eso definitivamente no ha cambiado ni un ápice.Pero mientras sigamos teniendo ojos para leer, el Marqués podrá deleitarnos, asustarnos, molestarnos, exitarnos y hasta divertirnos con sus obras tan antiguas como necesarias!!!

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  2. Yo mejor no leo el libro...
    No vaya ser que me desvié y ya no me van a aguantar.
    Me gusto mucho el articulo!

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