Desde principios del siglo
XX la medicina se ha auxiliado de animales para fines farmacéuticos o
terapéuticos, por sus muchas propiedades benéficas para el ser humano y que
permiten mejorar la calidad de vida en las personas. Por ejemplo, el aceite de
hígado de bacalao, que se le han atribuido beneficios como ayudar al desarrollo
del sistema respiratorio de los niños así como mantener saludables sus huesos y
dientes. Otro ejemplo en el caso de fines terapéuticos, es el perro guía, es
quien ayuda a realizar las tareas cotidianas a las personas invidentes.
El término terapia asistida
con animales se refiere a una intervención directa y con objetivos
prediseñados, donde participa un animal que reúne criterios específicos, como
parte indispensable para el tratamiento.
Existen dos tipos de
terapias: la primera, es el simple hecho de tener la compañía de un animal. Por
ejemplo, en el caso de alguna persona que viva en soledad, el hecho de tener un
perrito o alguna otra mascota puede reducir considerablemente ese sentimiento y
llevarla a relacionarse con otras personas...
En el segundo tipo de
terapia se involucran protocolos organizados por un equipo de trabajo (médicos,
entrenadores de animales o personas relacionadas en esto).
Entre las terapias más
conocidas se encuentran:
Delfines: Estos
animales son utilizados para tratar a niños con autismo, la terapia reside en
los sonidos de ondas alfa que transmiten. Al primer contacto con el animal,
este los evalúa física y emocionalmente;
una vez hecho esto, manda las ondas alfa a través de silbidos, chillidos u ondas sonoras en forma de ecos, las cuales
actuarán para hacerlos sentir bien y equilibrarlos.
Caballos: La
terapia con estos animales es para sociopatias y rehabilitación motora del
organismo. Cuando el caballo trota hace movimientos que se parecen a los que
nosotros hacemos al caminar, estos son transmitidos y el cuerpo reacciona ante
los diferentes estímulos del movimiento del caballo. La convivencia con estos
animales también estimula la concentración, motivación y la autoestima.
Perros:
Estos animales son los más comunes y son los que desarrollan lazos más
afectivos con sus dueños. Son adaptados para todo tipo de personas, y la interacción
con ellos puede disminuir el sentimiento de soledad en las personas y desarrollar valores como la responsabilidad en
niños. Acariciar
a un perro, baja la tensión arterial, la frecuencia de respiración y los latidos
cardiacos.
Determinadas razas de perros,
como la cruza entre Labrador y Golden (44%), Labrador Retriever (30%), Golden
Retriever (14%) y Pastor alemán (5%) es utilizado para guiar a las personas
invidentes en sus actividades cotidianas.
Animales
de granja:
conejos, vacas, ovejas, gallinas, cerdos, cabras entre
otros son utilizados por la mayoría de las personas. Estos animales son la
mayoría del tiempo temerosos y la terapia consiste en tranquilizarlos. Es un
poco complicado, pero al lograrlo conseguimos también tranquilizarnos y crear
vínculo de confianza.
Para quienes estén interesados en realizar alguna terapia de este tipo,
existen instituciones en México en las cuales pueden recibir más orientación
sobre el tema:
Terapia con caballos: TROPEL
A.C.
Terpaia con perros: Conexión
animal de servicio institucional (CASI A.C.).
Terapia con delfines:
CONVIMAR S.A. DE C.V.
Para estas terapias tambien
deben cumplir especificaciones respecto a los animales, como ejemplo el caso de
los caballos:
- Un veterinario debe desarrollar un completo examen de salud del animal de forma regular (vacunaciones, sistemas de desparasitación, cuidado dental, necesidades de herraje y consideraciones pertinentes).
- Debe ser un caballo no demasiado joven, entre 5 y 20 años, aunque su rango ideal sería entre 8 y 16 años, preferiblemente.
- No debe sobrepasar los 1,60 metros de altura.
- Debe contar con experiencia y con un temperamento amable y noble que garantice la seguridad del jinete.
- El caballo debe ser a prueba de espanto e indiferente hacia los objetos que se mueven en su cercanía o la gente que les toca.
- Las necesidades de cada usuario determinan qué profesionales deben hacerse responsables de las terapias, y por tanto, del seguimiento de cada una de las sesiones.
Habrá personas a las que no
les gusten los animales, pero desde mi punto de vista es muy agradable tener
convivencia profesional (en el caso de las terapias) o común con diferentes
tipos de animales y sus cuidados. En mi
caso, tengo 8 tortugas (muy hiperactivas). A muchas personas les daria flojera
el hecho de lavar las peceras, aunque a mí no me molesta y me sirve un poco de
“terapia”, no sé por qué, pero me relaja.
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