sábado, julio 14, 2012

El comienzo de un gran final



POR: VICTOR ARRIAGA




Hace aproximadamente cuatro años comencé una nueva etapa en mi vida, quizá la más importante: elegir la carrera en la que me desempeñaría el resto de tu vida y, sobre todo, la universidad, que no fue un proceso fácil.







Aun recuerdo el momento en el que me disponía a buscar universidad. En medio de muchos folletos, encontré uno que llamó mi atención, aquel folleto amarillo con un buen mensaje que no he olvidado “Aquí no te decimos…. Haz lo que quieras, sino haz lo que piensas”, frase que desde ese momento me impactó y me motivó a  elegir una universidad entre miles que se encuentran en el DF y fuera del mismo.




Así es como llegue al Instituto de Mercadotecnia y Publicidad, que conocemos como  “IMP”. Un lugar pequeño en estructura, sin embargo, siempre he pensado que no se necesita tener la universidad más grande, llena de edificios, canchas de futbol, alberca, jardines u otros campus como las demás, porque lo que realmente hace a una universidad, no son sus instalaciones o el gran espacio de trabajo, lo que hace a una universidad son sus alumnos, quienes día a día luchan por salir adelante y buscan superarse y hacer algo importante de su vida.

¿Qué me deja el IMP?

El IMP me deja las herramientas necesarias para superarme y defenderme en la vida diaria; me deja la fuerza y la confianza de pararme el día de mañana frente a un cliente o un auditorio y presentar un trabajo o  un tema con la seguridad de que está realizado con calidad y con la mayor entrega y esfuerzo; así como también me da  las armas para salir a comerme el mundo de una sola mordida y no temerle al peligro. En una ocasión uno de mis profesores me dijo “La vida allá afuera es una selva llena de animales muy peligrosos, donde sólo los mejores sobreviven, y tú eres la presa débil que en un inicio debe de sobrevivir y luchar en contracorriente. No te dejes caer y si en el intento lo haces, levántate y aprende del error, pero no te des por vencido”.






Me llevo los mejores momentos de mi vida, momentos que nunca olvidaré, momentos que estarán siempre presentes en mí. Cómo olvidar  aquellos instantes llenos de alegría o quizá enojo que pase junto a mis compañeros, amigos y demás personas. Aún recuerdo aquellos jueves por la tarde en las que al salir de clases nos íbamos por las famosas "piguvias" (cervezas), las pocas veces que lo hice, me divertí en grande y disfrute al máximo.















Muchas cosas pasaron, cabe mencionar que nunca fuimos un grupo tan unido  y que a lo largo de los semestres nos fuimos  quedando cada vez menos. No obstante, convivir con Miguel, Carlos, Diana, Rebeca, Stephi y Anahí me hizo entender sus virtudes y errores, y  aprendí que cada uno es diferente.






Nunca olvidaré a mis profesores -que buenos o malos- a lo largo de estos años me enseñaron las bases necesarias para crecer personal y profesionalmente. Gracias a ellos el amor hacia mi carrera fue en aumento, por tal motivo hoy les puedo decir que amo mi carrera, amo Mercadotecnia y todo lo que realizo.







Nunca olvidaré a directivos, profesores y amigos del IMP.  Y hoy que concluyo mi carrera, les puedo decir que el IMP es una comunidad como ninguna.

Sólo me queda darle las gracias a mis padres y a mi familiares, que me han apoyado toda la vida, y que se han esforzado por que yo tenga lo que ellos en su momento no tuvieron, dejándome la mejor herencia que un padre nos puede dejar... la educación, ya que gracias a ellos estoy aquí.

También agradezco a mis profesores que me enseñaron lo necesario para salir hacia adelante y poder entender que en la vida nada es gratis, que hay que luchar para conseguir lo que se quiere, sin esperar a que las demás personas te ayuden, porque cada uno tiene la capacidad para luchar y cumplir los objetivos que se plantea desde un inicio.

Gracias a mis amigos y compañeros que creen y que confían en mí, porque al igual que ellos, yo confío en ellos y estoy seguro que la vida les va a sonreír. Hoy les digo que tienen mi apoyo incondicional y que ahí estaré para lo que sea. A ellos les deseo lo mejor en este nuevo comienzo, ya que hoy se cierra una página de nuestras vidas, sin embargo, empezamos a escribir una nueva, donde las cosas que sucedan serán para bien de cada uno de nosotros.

No me quiero despedir sin antes comprometerme a cumplir mis metas, sueños y objetivos. Gracias a todos por formar parte de mi vida, nunca los olvidaré, espero en un futuro volvernos a encontrar.

No les digo adiós, sino hasta luego.

IMP, gracias por todo.

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