Hola, que tal querido cómplice…
Como toda historia en la vida tiene su final, bien dice
el dicho, no hay fecha que no llegue ni plazo que no se cumpla… y así es, ha
llegado a su final esta pequeña complicidad entre tu y yo, ahora debemos
dedicarnos a otras cosas, a dejar un poco de lado escribir para empezar a actuar.
Desgraciadamente, estos renglones son para despedirme de
ti, para decirte que ha llegado el momento de decir no adiós, sino hasta luego…
para dejar un poco de lado la escritura y dedicarme a otra etapa de mí vida que
apenas comienza.
Me es difícil tener que decir hasta luego, pensé que sería
más complicado escribir cada domingo y no una despedida.
Sabes, éstos meses haciéndote parte de mi vida y logrando
que me regalaras unos minutos de la tuya leyéndome, me ayudaron mucho porque
así puede abrir una parte de mi para enseñarte como soy, como pienso y por medio de comentarios saber si tu
estabas de acuerdo o no conmigo.
Es agradable saber que del otro lado del monitor estas al
pendiente de lo que escribí, de que tal vez sin conocernos te detuviste a
leerme un momento. Igual y mis experiencias también han sido las tuyas. Espero que
te rieras, que te sintieras bien, que tal vez te sintieras un poco triste al
leerme, porque era lo que yo sentía cada que escribía para contarte lo que me
pasó o algún tema que quise compartir
contigo.
Me encanto tener un amigo como tu, alguien de quien tengo
la certeza que solo me va a leer sin juzgarme o sin echarme en cara nada. Por supuesto,
estoy en toda la disposición de leerte cuando gustes, me agradaría regresarte
el favor…
No me voy sin antes decirte gracias… por los buenos
ratos. Espero en un futuro vuelvas a hecharle un vistazo a éste blog y tal vez
encuentres actualizaciones. A mi me fascinaría volver a saber de ti y por
supuesto que sepas de mi.
Hasta luego, cuídate mucho y no te olvides de los viejos
amigos… un abrazo y un beso para ti…
Por: Diana Martínez
Muy buenoooo!!!!!!!!!!!!!!!!!!
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