El vampiro es uno de nuestros monstruos favoritos desde tiempos ancestrales;
lo que este ser representa ha ido evolucionando junto con la sociedad. En un
principio, el vampiro era un ser de tinieblas, un ente no vivo, pero tampoco
muerto, asociado con el Diablo. Sin
embargo, hoy en día tenemos imágenes de
vampiros que parecen héroes de acción o chicos románticos, más que seres de las
tinieblas.
En las culturas antiguas -Mesopotamia, Babilonia, Egipto, mexicas- se
hablaba de seres de obscuridad que se alimentaba de la sangre de seres vivos,
en especial, la de seres humanos. Sin embargo, el mito del vampiro como lo
conocemos hoy en día surge cuando Bram Stocker inspira su novela Drácula en un personaje totalmente real:
Vlad III Draculea, mejor conocido como Vlad “Tepes” (el rumano de Empalador).


¿Por qué Drácula y no otras
novelas de vampiros?

¿Encuentras diferencias?
En las novelas de Anne Rice (Entrevista con el Vampiro) y Stephenie
Meyer (Crepúsculo) los vampiros son
seres hermosos y seductores que muestran sentimientos humanos como amor,
compasión y tristeza, pues consideran que su condición de vampiro es una
maldición.
Además del ser temible, Drácula nos ofrece diversos narradores, ya que la historia es relatada por distintos personajes
que cuentan sus experiencias,
pensamientos y sentimientos, lo cual nos ofrece la oportunidad de vivir el
libro de una manera única, te puede identificar con alguno de los personajes y
entenderlo. Realmente te adentra en el terror de encontrarte con un ser casi
invencible y sin piedad.
Este libro es el perfecto acercamiento con los vampiros temibles de las novelas de terror, ya que Drácula es: “El Vampiro”.
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