Hoy
decidí escribir una historia que, por razones bastante profundas e
inexplicables, no he sido capaz de
platicar, si no por el contrario, me ha llevado a un interminable hoyo de
emociones que realmente no me ha gustado experimentar. Por eso es que decido
escribirlo antes que hablarlo.
He preferido ser de otro modo valiente; externando éste nudo que hace años tengo atorado en la garganta, que se ha aferrado a mí. Y… ¿Como lo voy a hacer? Por medio de papel y computadora.
He preferido ser de otro modo valiente; externando éste nudo que hace años tengo atorado en la garganta, que se ha aferrado a mí. Y… ¿Como lo voy a hacer? Por medio de papel y computadora.
Quisiera
que te tomaras el tiempo de leerme, de conocerme un poco mas, de no solo estar
conectados por medio de un blog, y que mis renglones, aunque no vacíos, dicen
poco de mi persona y menos aún de mi historia de vida.
Y
bien… ésta historia comienza a mis 15 años…
Cuando
mi vida ha tomado otro camino, he dejado de ser una chica de secundaria para
convertirme en una preparatoriana;
siempre con una vida por delante, llena de alegrías, problemas,
disgustos, sonrisas, travesuras; que en esos tiempos son situaciones cualquiera que tal vez te marquen o tal vez no.
Y
mira como es el destino de caprichoso, tan caprichoso que me marcó y no
precisamente para bien. Esto al encontrarme con dos chicos de mi secundaria, el
chico llamado Emanuel iba en mi salón, la chica Pilar cursaba sus clases en el salón
vecino.
Emanuel
era un tipo que no me caía bien, siempre molestándome, haciéndome la vida
difícil; por otro lado, Pilar una chica que era mi amiga, era ahora gran amiga
de Emanuel, tan amigos que decidieron entrar a esa escuela juntos. Estando ahí,
en la misma prepa, teniendo que verlos todos los días y soportar las bromas
pesadas de Emanuel, comprenderás que no era facil para mí. Hasta que un buen
día Pilar decidió juntarnos para que arreglaramos nuestras diferencias, de esa
platica yo gané dos buenos amigos, amigos inseparables; de esos que se llaman
hermanos escogidos.
A partir de ahí comenzamos una amistad
inseparable, a todos lados íbamos los 3, siempre riéndonos hasta de los
problemas. Mas que la secundaria, mis
tiempos inolvidables fueron los de la prepa porque, a mi parecer, éramos realmente felices.
Vaya que fue dura la caída de la nube en que
viajábamos los 3, principalmente Pilar y yo. Cuando recibí una llamada por la
mañana de ella, dudosa, impactada, misteriosa y al darme la noticia, la
comprendí, llegó a mí una mescolanza de sentiemientos encontrados. La noticia
que sin duda cambió el rumbo de nuestras vidas fue que Emanuel había fallecido.
Y no por circunstancias naturales, sino porque que él tomó la decisión de
quitarse la vida.
Un choque muy fuerte para nosotras que todavía
eramos unas niñas que no sabían prácticamente nada de la vida. Dicen que una
persona comienza a ser consciente de lo que significa la muerte a partir de los
17 o 18 años, pero a nosotras nos llegó esa madurez a los 16 años.
Conviví
1 año con él pero fue suficiente para experimentar un dolor muy profundo e
inexplicable. Fueron días muy duros para nosotras, que nos enfrentamos a vivir
el mismo ambiente escolar, pero ahora, sin Emanuel. El que los profesores te
señalen por ser amiga del que se mató, no es agradable. El que su misma familia
nos preguntara que pasó, que fue lo último que nos dijo, verlos totalmente
acabados y con tantas preguntas, fueron situaciones nada satisfactorias, que
hasta ahora siguen afectando mi vida. Y sí, aquí aprendí el verdadero
significado de la muerte.
Emanuel
ahora sólo es un recuerdo y una huella muy marcada en mi vida. Es el fantasma
que me ha perseguido desde entonces, no sabiendo cual es mi sentir hacia él, si
de coraje, de dolor, de tristeza o que fue un buen recuerdo. En ocaciones me
siento tan desesperada que siento que debería acercarme a un psicólogo porque a
partir de ahí, la muerte es un tema que me llena de pánico, un tema del cual,
simplemente no puedo hablar abiertamente.
No es que culpe al pasado de mi presente y menos
de mi futuro, pero no he podido cerrar ese capítulo, simplemente no he podido
darle vuelta a la página. Me siento totalmente impotente por no poder hacerlo.
Cuando pienso el tema me pregunto: ¿Qué fue tan
grave para que Emanuel pensara que no había solución? ¿Por qué no pensó en
nosotras, en su familia? ¿Por qué el ser tan egoísta consigo mismo?
Y ahora vive en mí una lucha de poderes: el no
saber si agradecerle a Pilar por acercarme a Emanuel, o darle las gracias por
su amistad y darme la vuelta para no verla mas, no sin antes decirle que desde
ese momento en que platicamos los tres mi vida cambió para bien y después para
sufrir lo que, a mi forma de ver, ha sido lo peor de mi vida.
Decirle
que gracias a ésta amistad “inseparable” dejé de ser la chica platicadora y
amigable para convertirme en alguien totalmente apática principalmente ante
nuevas amistades, alguien que no aguanta una mala broma, que se ha vuelto totalmente despegada de la
gente que no vale la pena, alguien a quien simplemente no le importa tener una
amistad duradera con nadie. A no confiar, a ser una mujer hermética para el
mundo, a estar temerosa de perder a alguien cercano a mí.
Pero hasta en el infierno hay diablos no tan
malos, lo salvable de la situación es que me volví independiente, un poco más
madura, selectiva con mis nuevas, aunque muy muy reducidas amistades, aprendí a
escuchar los problemas de otros, a dar consejos, a procurar el bienestar de los
que están a mi alrededor para tratar, en la medida de lo posible, que no vuelva
a ocurrirme algo semejante. Me volví muy sensible, y lo más importante, a
disfrutar de mi soledad como antes no lo hacía.
Pensarás que me ahogo en un vaso de agua, pero ¿Qué pasa cuando de pronto
alguien muy querido ha tomado otro rumbo, un rumbo que tu afortunadamente
todavía no puedes tomar…? ¿Has perdido a alguien tan importante? ¿Has
conocido el proceso que se debe llevar a acabo para superarlo?
Concluyendo…
No es para nada fácil perder a alguien y menos sabiendo que ese alguien decidió
terminar con su vida. Para algunos es muy fácil señalarme por ser como soy, pero alguno de ellos se a puesto a pensar ¿Qué hay dentro de mi que me hace ser
así? Sé que el que no habla, Dios no lo escucha, pero éste no es un tema que
tenga que pasarme la vida platicando para que me entiendan.
Mientras
para algunos ven éstas pérdidas como una oportunidad de negocio, para otros, un montón
de sentimientos encontrados que, con toda seguridad te digo, va a dejar una
huella inamovible en tu alma. Y fíjate las ironías de la vida… mi temor más
grande es la muerte y el negocio de toda mi familia, aunque con diferentes
sucursales, es fabricar ataúdes. Jajaja que vueltas da la vida.
Me
queda decirte que, como mencioné al inicio del artículo, jamás había escrito algo
referente al tema y mucho menos hablado, ésta se me hizo una buena ocasión; así
que te agradecería de todo corazón que sólo leas y omitas dejarme un comentario,
por mínimo que sea. Evidentemente es algo muy fuerte para mí y me encantaría que sólo se quedara entre tú y
yo…. Hasta luego, que tengas una buena semana.
Por: Diana Martínez
Entre nosotros queda, pues.
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