miércoles, mayo 16, 2012

La familia normal


¿Quién no ha sentido alguna vez que su familia es anormal? Todos tenemos quejas de nuestra madre, de nuestro padre, de nuestros hermanos o de cualquier otro familiar, pero nunca nos ponemos a pensar que a veces las diferencias o los problemas no son tan importantes como se ven en el momento y que nosotros tampoco somos perfectos. A veces, es necesario detenerse un poco a mirar lo afortunados que somos al tener una familia, aclaro que al decir familia me refiero simplemente a aquellas personas que se encuentran a nuestro alrededor, que no necesitan una etiqueta para demostrarnos amor.

Cuando la gente habla sobre la vida que un niño llevará por no tener un padre o una madre, en mi opinión solo les preocupa el qué dirán, a un niño lo que más le interesa es tener una persona que se preocupe por él, que lo cuide, lo proteja y lo ame. Muchos no estarán de acuerdo pero les platicaré una historia…

Hace 5 años nació mi primo Iván, es un niño sano, inteligente, activo, con hermosos sentimientos, bien portado y con muchísimas personas alrededor que lo dan todo por él; sin embargo, cuando mi tía anunció su embarazo, no fue una noticia del todo bien recibida por la familia debido a diversos factores:

  • En ese momento ella tenía 39 años, una edad que ya no es recomendable para tener hijos y menos con dos embarazos anteriores de alto riesgo y programados para cesárea.
  • Mis primas, sus hijas, tenían 19 y 18 años, edad suficiente para que ellas mismas pudieran estar embarazadas.
  • Su economía no era la adecuada para darle al futuro bebé lo necesario.

En fin, recuerdo muy bien que mi padre y mis tíos le hablaron de aborto, estaban muy enojados con ella, pero su coraje era más bien preocupación, miedo a una tragedia, aún así mi tía dijo que tendría al bebé, que eso era lo correcto. Así entre las inconformidades y la emoción de conocer al bebé, comenzaron las típicas pláticas sobre el nombre, preparativos para el baby shower, las manos sobre la panza para sentir los movimientos del niño, las compras de ropa y pañales…

Todo parecía ir bien, pero la vida da giros rápidamente, a los ocho meses y medio de embarazo, las cosas se complicaron, se le llevó a un hospital rápidamente, y aunque no detallaré los sucesos, basta con decir que una de las frases más dolorosas que he escuchado en toda mi vida fue: “tu tía ya falleció”, nunca estás preparado, nunca te libras del sentimiento de tristeza y la familia nunca se recupera del todo.

Por otro lado, hubo vida y luz… Iván nace bien y todos se acomodan a la nueva situación, su abuela funge como madre al igual que sus hermanas, su padre viaja mucho y casi no lo ve, y este escenario para nada ha traumado al niño, por supuesto que  a veces pregunta por su mamá, pero basta ver que el amor de toda la gente que lo rodea es suficiente para que mi primo crezca bien, sano física y psicológicamente, incluso hoy una de sus hermanas está embarazada, y él se refiere a la niña como su sobrina hermana.


Seque muchos verán la situación extraña, pero ¿quién tiene realmente una familia normal? No existe, no hay un molde, no juzguemos a los demás por ser o tener una situación diferente a la nuestra, dejemos de culpar a los demás por lo que no tenemos y veamos lo que somos afortunados de tener al final los sentimientos no tienen nombre ni se etiquetan.

Por: Rebeca Gómez

4 comentarios:

  1. Muy buena historia de vida.
    Es bueno que puedas compartir esto, ya que mucha gente se lo guardaría.
    Dicen por ahí que la cosa mas importante en la vida, es la familia y yo opino igual.
    Saludos!

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  2. excelente redaccion y concuerdo con lo mismo la familia no se escoge solo hay que haceptarlos como son y ser felices felicidades beka muy buen trabajo besos te quiero agus

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  3. excelente trabajo y concuerdo con todo lo escrito att. Agus

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  4. No creo en un concepto único de familia: heterosexual, con hijos, vinculados sanguíneamente y viviendo en un domicilio común.

    Y me parece aterradora la pretensión de algunos sectores conservadores de la sociedad de conceder valor o categoría de familia sólo a la que cumpla con ese modelo. Me parece aún más terrorífico que lo creamos y, peor aún, que minimicemos nuestra familia porque no se parece a la de los anuncios de Corn Flakes o a las estampitas de las viejas monografías que vendían en las papelerías para hacer la tarea.

    La familia no está al margen del tiempo ni de los cambios sociales, lo que funcionó -y habría que ver si efectivamente lo hizo- hace siglos no necesariamente tiene que hacerlo ahora.

    Creo que lo que define y une a una familia es el amor, el saber que hay alguien ahí para ti y por ti.

    Lo que le permite sobrevivir es la certeza de que no son personas perfectas, pero ello no las hace menos amables, esto es, capaces de despertar y mantener nuestro amor.

    La verdadera familia es reconfortante porque nos quiere por lo que somos y, lo que es mejor, incluso a pesar de lo que somos.

    La verdadera familia es veraz consigo misma, sabe que no es perfecta y si llegara a serlo, probablemente se espantaría y buscaría reorganizarse para volver a ser humana.

    Lo que te hace familia es estar cuando el otro te necesita: a veces para ayudar, a veces para estorbar, a veces para abrazar y, otras, sólo para con su presencia recordarnos que no estamos solos.

    La familia tampoco es sólo amor y buenos momentos, también está ahí para darte tus zapes cuando estás haciendo estupideces; para decirte que te estás equivocando; para ubicarte cuando se te olvidan cosas esenciales; para darte unas cuantas patadas en el trasero cuando te lo mereces.

    Pero la familia también está ahí para pelear, porque no somos iguales, porque pensamos distinto, porque esperamos cosas disímiles de la vida, porque tenemos sangre en las venas y queremos defender aquello en lo que creemos o lo que deseamos. Y nos enseñaron que pelear es malo, pero sería un absurdo pretender que peleemos en la vida, si nadie nos enseñó antes a hacerlo.

    Afortunadamente he pertenecido a varios tipos de familia y he tenido la enorme suerte de convivir con otros tantos. Algunas parecen salidas de película de terror; otras semejan una apología a la familia Adams o de los Tiny Toones; otras parecen estar formadas por prófugos de psiquiátrico; hay unas que son la representación misma de la diversidad; otras que -por más que uno las observa- no entiende cómo siguen juntos y hasta se quieren; algunas más están conformadas por parentescos mezclados; la mayoría incluyen otras especies (algunas tienen animales y otras primos o amigos raros), están las que asumen a la Tierra como su madre y a los libros como sus hermanos; otras mas ni siquiera están vinculadas por la sangre; hay otras que serían dignos objetos de estudio de la ciencia (biológica o psicológica, por supuesto); hasta algunas formadas por una sola persona capaz de decir "Yo soy mi familia" ... pero todas ellas han encontrado el modo de enfrentar a la vida y salir adelante, han hallado la manera de VIVIR la vida y sobrevivir la adversidad, han aprendido a perder a algunos miembros y a seguir amándolos aunque ya no estén, como quien dice los muertos también son familia.

    Creo profundamente en la familia, no en la de estampita, sino en la real, la humana, la de a deveras.

    A veces, me permito imaginar que en algún lugar, cuando a las almas les toca regresar a la tierra, a las que se aman las convierten en una flor conocida como diente de león y se les sopla, separándoloas para que experimenten nuevas cosas. A estas almas les corresponde ir encontrándose... y son precisamente los premios que nos da la vida.


    Marcia

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